Guadalest, a más de 500 m. sobre un peñasco, se asoma al embalse que abastece de agua a la comarca del La Marina Baixa. En el pasillo entre las sierras de Aitana y Xortá se encuentra Guadalest. De origen musulmán, conserva un casco antiguo que ha sido declarado Conjunto Histórico-Artístico. Merece la pena subir al castillo de San José, fortaleza musulmana del s. XI a la que se accede por un túnel natural de la roca. Desde ella se puede contemplar una espléndida panorámica. Del castillo de La Alcozaina, del s. XI, en la actualidad sólo queda una torre.
La localidad de Guadalest es uno de los pueblos con encanto del interior de Alicante y más visitados de toda la provincia, se sitúa al norte de la provincia, en la comarca de la Marina Baja. Es un bellísimo pueblo de interior, declarado Conjunto Histórico-Artístico, y enclavado en el valle del mismo nombre, el valle de Guadalest.
Dentro de la localidad son destacables la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción, del s. XVIII; la prisión del s. XII que se encuentra en los bajos del Ayuntamiento; y cinco peculiares museos: Belén y Casitas de Muñecas, de Instrumentos de Tortura, de Microminiaturas, Museo Etnológico, Microgigante, y el Museo Municipal Casa Orduña, una de las casas solariegas del municipio. Las dos primeras semanas de Julio se desarrollan unas jornadas culturales, en las que destaca el “día del turista”, cuando se da la bienvenida a todos los turistas y se prepara una paella gigante.
La mayor singularidad de la población es su ubicación urbana ya que el casco antiguo se encuentra en lo alto de una peña sólo accesible a través de una oquedad abierta en la propia montaña. En esta zona alta del pueblo se encuentran el campanario antes mencionado, la antigua mazmorra, el castillo de San José, actual cementerio, la casa nobiliaria de los Orduña, la Iglesia Parroquial y la fortificación morisca denominada Alcozaiba.
Al pie del promontorio rocoso se encuentra el núcleo más moderno de la población, el Arrabal, donde se sitúan las tiendas de artesanía, los museos y restaurantes.
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Este pueblecito ha transformado totalmente su tradicional actividad agrícola y se ha volcado al turismo. Todo el pueblo es un atractivo turístico con sus tiendas de regalos y artesanía, los más pintorescos museos de la provincia y una privilegiada ubicación física plasmada en unas magníficas vistas sobre el valle y el embalse de Guadalest.